Día del amigo.

No tengo grandes recuerdos del día del amigo, pero este año fue muy lindo. Meva fue a merendar a casa con mamá y mi hermana, pero creo que fue de casualidad, con el simple objetivo de que se conocieran. Y charlamos de cosas de mujeres, cómo siempre. Fue muy divertido. Y comimos selva negra y facturas, no se por que cada vez que viene mamá, la heladera y la alacena y toda la casa se llenan de comida, chocolate, tortas, galletitas, y ricos olores de comida casera, y del perfume de mamá, que es tan de ella.
Y a la noche, la Dra. Pepita vino a casa a cenar, un pollo al vino exquisito que hizo mi vieja. Siempre tan hacendosa ella, con champignones y esas cositas que sólo mi madre sabe.
Y seguimos hablando de cosas de mujeres, jejeje, que nunca faltan.
El jueves se me fue mi madre. La reclamaban el trabajo, su casa, sus otros hijos (por que tiene muchos), el negocio, y bueno, fue a rescatarlos.
Y me quedé muy contenta con su visita, y todas sus cosas, las charlas, el cine, las caminatas, el frío, su risa. Si, creo que su risa es lo que mas me gusta. Y las diferencias. Con ella tenemos muchas diferencias, creo que hablar con ella es realmente un gran desafío, desafío a mi misma y a mis propios impulsos. El desafío está en no pretender que ella piense como yo. Y en no enojarme si ella (o cualquiera) piensa distinto.