miércoles, diciembre 12

Ese lunar que tienes cielito lindo junto a tu boca

Yo estaba muy aburrida del trámite que tenía que hacer, del calor, del subte, de la administración pública, del tiempo, de tener que volver a trabajar y no poder tomarme todo el dia, pero estaba de muy buen humor, cosa extraña ultimamente.

Entonces entré para hacer el trámite, y lo vi, si si claro que era real y claro que era un hombre. Estaba sentado con otras personas, hablando o leyendo, no recuerdo. No hacen falta detalles, era muy pacífico, sentía que flotaba, o que una brisa fresca llegaba, o un rayo de sol or la ventana en el invierno. No pude mas que sonreir.

Seguí caminando, baje escaleras, entre, salí, hice firmar los papeles que llevaba, terminé mi trámite, salí, subí. Y en la entrada del establecimiento seguía estando el, esta aparición divina, esta revelación.

Recuerdo que hacía mucho calor. y yo tenía muchas cosas en las manos. Bajé la velocidad y empecé a caminar muy despacio. Abrí mi bolso, y metí adentro todos los papeles que llevaba en la mano, mi monedero, la birome, la botella de agua. Cerre el bolso y lo colgué de mi hombro.

Torcí levemente el rumbo, dirigiéndome hacia donde el estaba sentado y cuando estuve a dos pasos me miró, interrogante. Sonreía. Cuando llegué a estar frente a el me incliné, agarré suavemente su cara con las dos manos y lo besé. Creo que le gustó, por que respondió con otro beso, que duro algunos segundos, quizas hasta dos minutos.

Despues de eso le dije, sin soltarle la cara, que aun estaba comodamente entre mis manos, que era hermoso.

Y pude volver a trabajar.


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