Paseaba por las escaleras

Hoy llegué al trabajo, como siempre, con los minutos contados. El tiempo justo para encontrar, habilitar y empezar a usar una computadora, obtener agua fresca y quizás un cafe, ir al baño y ponerme a realizar mis tareas diarias (tres minutos).
El hecho es que, con todo el apuro, dos autos casi me atropellan, un par mas me putearon de lo lindo, esquivé tanta gente que ya estaba despeinada. Y sumado a esto, al llegar al edificio, me encuentro con la grata (de verdad) sorpresa de que uno de los ascensores acababa de llegar a pb para recibirme con su odioso "tin! planta baja!". Enceguecida, me subí a la jaula voladora, pero jamás me percaté de leer el nuevo cartel que decía (luego lo supe) "Sólo pisos del 7 al 13".
Traté, en vano, de apretar el botón del 6to piso un par de veces, pero como la puerta del ascensor se cerró sola y el mismo comenzó a subir, no puse mas resistencia y me olvidé del asunto, dedicándome, como todos los días que uso el ascensor, a mirarme una y otra vez en el espejo, OBVIO, acomodándome el pelo o cosas por el estilo, cosa que dejé de hacer cuando el ascensor se detuvo, y la puerta se abrió. Mi sorpresa por no estar en un piso conocido me remitió al visor del ascensor, donde pude leer "8vo piso" al mismo tiempo que la prisionera del ascensor (personaje supuestamente femenino que llora en que piso estamos, cada vez que se abre la puerta del ascensor, pero a quien nunca jamás, nadie ha visto) me lo gritaba en el oido.

Salí del ascensor, mareada. No entendía nada.
A esta altura (dos pisos mas de los necesarios) ya estaba dos pisos tarde, y no podía darme el lujo de esperar a otro ascensor. Había escuchado rumores a cerca de lo complicada que era la escalera de nuestro edificio nuevo, pero no presté atención a los rumores, y seguí mi camino hacia la puerta.
Cuando empujé la primera puerta, empezó mi travesía por la nueva y, hasta ese momento, desconocida para mi, escalera.
Aquí pude ver que hay dos puertas, que se abren empujando una barra hacia abajo. Estas puertas están en todos los pisos, y se pueden abrir sin dificultad en dirección a la escalera, pero, esto lo descubrí después, no pasa lo mismo cuando uno intenta abrirlas en dirección opuesta.
Al llegar al sexto piso, abrí la primera si dificultad y me alegré, pero la segunda puerta, estaba trabada. Y yo, furiosa!!!!!
Seguí bajando por la lúgubre y gris escalera, intentando, en vano, abrir las puertas en algunos pisos, hasta que llegué a PB.
Aquí también había una puerta, esto me recordaba a Alice in Wonderland, como amo esa película. La puerta estaba cerrada y trabada, pensé morir, al lado de la puerta había un boton, azul, cuadrado, que toqué sin pensar demasiado en nada. Después pensé que quizás era un timbre, hecho que me molestó, por que eso implicaría contarle mis aventuras a algún conocido desconocido (el guardia de seguridad), y perder mas tiempo!. Y sin embargo, este timbre me permitió abrir la puerta, esto parecía una aventura gráfica.
El siguiente obstáculo también fue una puerta cerrada y trabada, pero para mayor complejidad, no había ningún botón, pero había una aparato con una luz roja, Mi cerebro automáticamente lo asoció con una luz similar en el edificio viejo, y con la luz roja en la entrada del edificio, antes las cuales uno debe poner su llave magnética, la cual abre la mayoría de las puertas acá adentro, salvo, ya lo deben saber, la del sexto piso, obvio. A toda esta sucesión de asociaciones libres, le siguió una mas, según la cual, mi propia llave magnética estaba en mi billetera, junto a mis otras llaves, EN MI MANO!!! la puse sobre la luz. Y la mágia se hizo una vez mas para mi en este día. La puerta se abrió, estaba afuera!!!!!!!!
Después de todo esto, decidí volver a ser una persona normal, tomarme el ascensor que va a los pisos entre pb y el 6to, poner mi huella digital en la puerta de vidrio del sexto, y ponerme a trabajar, con 3 minutos de retraso. Si a estos minutos le sumamos que pensaba llegar 3 minutos antes, obtenemos la friolera de 6 minutos, que es lo que me costó mi aventura por las escaleras, no está mal, eh?
Cómo souvenir, no lo pude evitar, volví al lugar del hecho, pero despues de asegurarme una puerta abierta para volver, y saqué estas fotos.