martes, enero 31

Adioses


La última vez que te vi era invierno, y era otra muerte la que sucedía.
Y me mirabas raro, desconfiado, yo creo que le tenías miedo a la cámara.
Y te quejaste de nuevo, de los huesos, de las rodillas. Tenías esa mueca dibujada en la cara, esa que dice que te duele, pero que ya no te importa demasiado.
Cuando me vas a enseñar a bailar tango, Abuelo?
Al final, te fuiste y tuve que aprender a los ponchazos, sobre la marcha, como con todo.
Y aca estamos ahora, los que estamos, mirando para adelante, como nos enseñaste.

Te quiero mucho, Chino.


Anonymous Anónimo dijo...

Se ve buen tipo. Lo siento mucho. Igual, debe estar en un lugar increíble ahora. Espero poder conocerlo algún día.  


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